Un encuentro con Dios a través de Éxodo (2018)
- Issac Corral M.
- 1 ene 2021
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 4 nov 2023
Capítulo 1
(1-22) ¡Vaya tiempos de bonanza que le tocó vivir al pueblo de Israel mientras José estuvo como gobernador de Egipto! Sin embargo, los puestos administrativos no son eternos, ni el hombre tampoco. José murió. "Entretanto, se levantó sobre Egipto un nuevo rey que no conocía a José; y dijo a su pueblo: He aquí, el pueblo de los hijos de Israel es mayor y más fuerte que nosotros. Ahora, pues, seamos sabios para con él, para que no se multiplique, y acontezca que viniendo guerra, él también se una a nuestros enemigos y pelee contra nosotros, y se vaya de la tierra" (ver. 8-10). Dios había bendecido al pueblo en gran manera y esto representaba una amenaza para los egipcios. Por supuesto, a Egipto se le había olvidado quién era el Dios de José y todo lo que había hecho para que la gente viviera. Todo ese conocimiento desapareció con una generación. Debemos ser cuidadosos de no permitir que nuestra generación olvide quién es Dios y lo que ha hecho por nosotros en el pasado, porque eso garantizará nuestra fe en Él para el futuro.
"Pero cuanto más los oprimían, tanto más se multiplicaban y crecían, de manera que los egipcios temían a los hijos de Israel" (ver. 12). Lo que no entendemos nos da miedo. El favor que Dios tenía hacia su pueblo fue malinterpretado. Te imaginas que los egipcios se hubieran acercado al pueblo para preguntarles: "¿a qué se debe que ustedes crecen y crecen y se fortalecen?" Seguramente hubieran podido conocer al Dios de Israel. Sin embargo, tal fue su desesperación que las parteras fueron instruídas: "Cuando asistáis a las hebreas en sus partos, y veáis el sexo, si es hijo, matadlo; y si es hija, entonces viva" (ver. 16). "Pero las parteras temieron a Dios, y no hicieron como les mandó el rey de Egipto, sino que preservaron la vida a los niños" (ver. 17). Es necesario que, bajo cualquier circunstancia, aprendamos a obedecer a Dios antes que a los hombres. "Y Dios hizo bien a las parteras; y el pueblo se multiplicó y se fortaleció en gran manera. Y por haber las parteras temido a Dios, él prosperó sus familias" (ver. 20-21). ¡Qué gran secreto ha sido revelado! ¿Quieres que tu familia prospere? Enséñale a temer a Dios. El pueblo de Egipto fue prosperado grandemente mientras José estuvo al frente de él. Recordemos que Faraón hizo que todo el mundo reconociera al Dios de José. ¿Cómo vamos a ser prósperos si nos olvidamos de Dios? No nos privemos de las bendiciones que Él desea darnos. Asegurémonos de transmitirle a nuestra generación quién es Dios y lo que es capaz de hacer por nosotros.

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