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Un encuentro con Dios a través de 1 y 2 de Samuel (2020)

  • Foto del escritor: Issac Corral M.
    Issac Corral M.
  • 1 ene 2021
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 4 nov 2023

Capítulo 1

(1-27) Elcana, un hombre acomodado, de clase media alta ya que tenía dos mujeres. Aunque la poligamia nunca fue parte del plan divino, en esa época esta práctica se había arraigado incluso entre el pueblo de Dios. "Y todos los años aquel varón subía de su ciudad para adorar y para ofrecer sacrificios a Jehová de los ejércitos en Silo, donde estaban dos hijos de Elí, Ofni y Finees, sacerdotes de Jehová" (ver. 3). La influencia de este mundo puede llegar a corrompernos al grado de adoptar prácticas paganas y seguir con nuestra fe como si lo que estuviéramos haciendo fuera correcto. Debemos tener cuidado de no permitir que algún tipo de influencia mundana se mezcle en nuestra vida.


Elcana amaba de manera especial a Ana. "Pero a Ana daba una parte escogida; porque amaba a Ana, aunque Jehová no le había concedido tener hijos" (ver. 5). La poligamia nunca rindió buenos frutos ya que provocaba celos y disgustos entre los integrantes de la familia.


Ana, al ser estéril, abrió su corazón ante Dios e "hizo voto, diciendo: Jehová de los ejércitos, si te dignares mirar a la aflicción de tu sierva, y te acordares de mí, y no te olvidares de tu sierva, sino que dieres a tu sierva un hijo varón, yo lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida, y no pasará navaja sobre su cabeza" (ver. 11). Ana realmente quería tener un hijo y se lo pidió a Dios. Claro, de por medio iba una promesa. El sacerdote Elí le dijo que fuera en paz y Dios concediera su pedido. "Y ella dijo: Halle tu sierva gracia delante de tus ojos. Y se fue la mujer por su camino, y comió, y no estuvo más triste" (ver. 18). Hablar con Dios tiene un poder especial. Cuando vamos a Él cargando nuestras preocupaciones y las dejamos en sus manos, nuestra vida cambia. No tenemos por qué cargar con problemas que nosotros no podemos solucionar. ¿Podía Ana obrar el milagro en su matriz? No, de modo que vivir estresada por esa situación no tenía una razón de ser. Si aprendemos a abrir nuestro corazón a Dios como lo hizo Ana, podremos dejar nuestro caso en sus manos y vivir en paz, confiando en que Dios obrará un milagro.


"Aconteció que al cumplirse el tiempo, después de haber concebido Ana, dio a luz un hijo, y le puso por nombre Samuel, diciendo: Por cuanto lo pedí a Jehová" (ver. 20). Sí, Dios escucha nuestras oraciones y concede los deseos de nuestro corazón de acuerdo a su voluntad. Al tiempo, Ana cumplió su promesa. Regresó al templo con el sacerdote y le dijo: "Por este niño oraba, y Jehová me dio lo que le pedí. Yo, pues, lo dedico también a Jehová; todos los días que viva, será de Jehová.


Y adoró allí a Jehová" (ver. 27). Dios hizo su parte y Ana cumplió su promesa. Cuando prometamos algo a Dios, no tardemos en cumplirlo.

Dedica un #TiempoParaMeditar y tener un encuentro con Dios a través de este libro devocional. Dios desea comunicarse contigo ¿estás listo para escuchar su voz? Descubre los principios que Dios tiene para ti. Aplícalos y tu vida será transformada. Descarga el libro completo en el formato de tu preferencia.

 



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