Un encuentro con Dios a través de Levítico (2019)

Capítulo 1

(1-17) El libro de Levítico, que también fue escrito por Moisés, abarca detalles relacionados con el sacerdocio. Recién el tabernáculo había sido terminado y los sacerdotes habían sido santificados, de modo que todo estaba listo para que las personas del pueblo de Israel pudieran acercarse a ofrecer sacrificios. Para esto, también Dios dio instrucciones específicas. "Si su ofrenda fuere holocausto vacuno, macho sin defecto lo ofrecerá; de su voluntad lo ofrecerá a la puerta del tabernáculo de reunión delante de Jehová" (ver. 3). La ofrenda debe ser como Dios manda, sin defecto y de manera voluntaria. El traer una ofrenda a Dios era un rito muy solemne. Había un simbolismo específico en esto: sin derramamiento de sangre, no hay perdón de los pecados. Cada persona traía su ofrenda y debía matar personalmente a ese animal, fuera ganado vacuno, ovejuno o alguna ave. El efecto que esto tenía en la mente de los ofrendantes ha de haber sido impactante. ¿Te imaginas ver morir a un animal? Por instinto, el animal se iba a resistir. Puedo imaginarme el bramar desesperado del animal, el olor a sangre, la sensación de tomar el cuchillo y atravesarle la garganta no fue nada fácil para más de un israelita. Pues eso es solo una parte de lo que tenían que hacer al presentar su ofrenda a Dios. Toda persona se acercaba voluntariamente a hacerlo. Dios nunca te obligará a hacer algo que no quieres. Te ama tanto como para obligarte a hacerlo. El amor de Dios nos da libertad, incluso, para rechazarlo. Hoy, ven a Dios y entrégale tu corazón como una ofrenda. Que cada día estemos dispuestos a morir al yo y permitir que Él viva en nosotros.

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