Un encuentro con Dios a través de Números (2019)

Capítulo 1

(1-54) Al iniciar una nueva aventura a través del libro de Números, podemos darnos cuenta de que Dios desea que su pueblo sea ordenado. "Tomad el censo de toda la congregación de los hijos de Israel por sus familias, por las casas de sus padres, con la cuenta de los nombres, todos los varones por sus cabezas" (ver. 2). Este censo permitía poner orden en el campamento y lo preparaba para moverse de manera organizada y estratégica. "De veinte años arriba, todos los que pueden salir a la guerra en Israel, los contaréis tú y Aarón por sus ejércitos" (ver. 3). La fuerza militar del pueblo estaba limitada a hombres que tenían 20 años en adelante, y el censo arrojó la siguiente cantidad: "fueron todos los contados seiscientos tres mil quinientos cincuenta" (ver. 46). ¿Puedes imaginarte la gran extensión que esto significaba? Estamos hablando de un gran contingente. Si hacemos cálculos aproximados del número de mujeres y hombres menores de veinte años, fácilmente estaríamos hablando de un contingente de más de tres millones de personas. Para mover a toda esa gente se requería un orden estricto e intencionado. Los levitas no formaban parte de la fuerza militar, ellos tenían otro trabajo que realizar. "Y cuando el tabernáculo haya de trasladarse, los levitas lo desarmarán, y cuando el tabernáculo haya de detenerse, los levitas lo armarán; y el extraño que se acercare morirá" (ver. 51). Este principio es muy importante. Cada uno debía cumplir el trabajo que Dios le había asignado. "Pero los levitas acamparán alrededor del tabernáculo del testimonio, para que no haya ira sobre la congregación de los hijos de Israel; y los levitas tendrán la guarda del tabernáculo del testimonio" (ver. 53). Dios nos ha dado talentos que debemos emplear de manera específica para cumplir con la misión. La iglesia de Dios debe estar bien organizada y así poder moverse en la dirección correcta hacia la Tierra prometida.

"E hicieron los hijos de Israel conforme a todas las cosas que mandó Jehová a Moisés; así lo hicieron" (ver. 54). ¡Qué alentadoras son estas palabras! Tú y yo, como hijos de Dios, tenemos la oportunidad de decidir hacer lo que Dios nos ha mandado. Hoy, cumplamos con nuestra parte y Dios se encargará de hacer la suya.

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