Un encuentro con Dios a través de Oseas (2015)

Capítulo 1

(1-11) Antes de iniciar con los capítulos de este libro, conozcamos un poco del profeta Oseas. Es el primer profeta de los doce profetas menores. Se les llama “menores” no porque tengan menor importancia, sino por la extensión de sus libros que son más cortos. No se sabe con exactitud a qué tribu pertenecía aunque por los acontecimientos narrados se puede ubicar al profeta Oseas en los reinos del norte. El nombre de Oseas significa: “Jehová ha salvado”. La situación del pueblo de Israel era delicada. El pueblo había acumulado bienes materiales en abundancia. Esto ocasionó que se desarrollaran algunas actividades que ocasionaron su caída, como: la estimulación al lujo, demasiadas fiestas en donde se empezaron a introducir prácticas paganas como el ofrecer sacrificios de personas incluyendo a niños, actividades que lo llevaron a una depravación moral crítica. En ese contexto es que estaba viviendo Oseas. "El principio de la palabra de Jehová por medio de Oseas. Dijo Jehová a Oseas: Ve, tómate una mujer fornicaria, e hijos de fornicación; porque la tierra fornica apartándose de Jehová" (ver. 2). ¡Vaya manera de llamar la atención de parte de Dios hacia su pueblo! Esto que estamos leyendo no es una parábola o ilustración, fueron escenas reales. ¿Te imaginas qué habrá pensado el profeta Oseas cuando Dios le pide que se case con una prostituta? En verdad que esto es impactante. ¿Será que la primera vez que se acercó con una mujer y le propuso matrimonio, aceptó? Seguramente tuvo que haber una etapa de conquista. Tuvo que frecuentar los lugares donde se encontraban estas mujeres. ¿Qué habrán pensados los hermanos de la iglesia? Seguramente pensaron que Oseas se estaba volviendo loco. Si esto hubiera pasado en nuestra época, de seguro a Oseas lo ponemos en disciplina o lo desfraternizamos. Sin embargo, todo esto era parte de un plan diseñado por Dios para que el pueblo entendiera una lección importante. A pesar de la situación que vivía el pueblo, Dios manifestó su misericordia: "Mas de la casa de Judá tendré misericordia, y los salvaré por Jehová su Dios; y no los salvaré con arco, ni con espada, ni con batalla, ni con caballos ni jinetes" (ver. 7). "Con todo, será el número de los hijos de Israel como la arena del mar, que no se puede medir ni contar. Y en el lugar en donde les fue dicho: Vosotros no sois pueblo mío, les será dicho: Sois hijos del Dios viviente" (ver. 10). La misericordia de Dios es inexplicable. ¡Gracias, Padre, por amarnos tanto!

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